Estuve el sábado en el centro comercial Ruta de La Plata y, como de costumbre, una de las cosas que me dio por ojear es la sección de libros. La verdad es que este supermercado tiene una sección bastante grande, con una gran variedad de ejemplares medianamente clasificados.
Sin embargo el ambiente que se respira no es tan especial como el de una librería tradicional. El hecho de que aprovechando el tirón de la saga de Stephanie Meyer hayan creado una sección de novelas de vampiros (mejor dicho, lo que había allí era novela juvenil vampírica) me llama la atención. Sin embargo, grandes sagas como la serie de El Elfo Oscuro, o El Señor de Los Anillos se echaban en falta. Quizá porque son libros menos comerciales (caso del primero) o pasados de moda (caso del segundo). Haciendo de Rappel auguro que los anillos volverán a los supermercados cuando la película de el Hobbith se estrene en la gran pantalla.
Invito a todos mis lectores a ir a las librerías. A ser posible, a esas pequeñitas con un dependiente huraño que te espera sentado en un cómodo sillón, rodeado de libros de todo tipo y clase y posiblemente con uno en la mano. Ya no porque encontrarás mejores libros, que quizá no conocías. Sino porque el librero te aconsejará y recomendará creaciones diferentes a las que salen en la televisión. Así, además de llevarte a casa el último ejemplar que buscabas, te habrás llevado una grata conversación y habrán aumentado tus ganas de leértelo todo.
Es posible que esto sea sólo fruto de mi pasión por la lectura o mi gusto por ese romanticismo anticuado que aún sobrevive al siglo XVIII, pero estoy seguro de que no soy el único que os hará esta recomendación.
Un saludo amigos.
Sin embargo el ambiente que se respira no es tan especial como el de una librería tradicional. El hecho de que aprovechando el tirón de la saga de Stephanie Meyer hayan creado una sección de novelas de vampiros (mejor dicho, lo que había allí era novela juvenil vampírica) me llama la atención. Sin embargo, grandes sagas como la serie de El Elfo Oscuro, o El Señor de Los Anillos se echaban en falta. Quizá porque son libros menos comerciales (caso del primero) o pasados de moda (caso del segundo). Haciendo de Rappel auguro que los anillos volverán a los supermercados cuando la película de el Hobbith se estrene en la gran pantalla.
Invito a todos mis lectores a ir a las librerías. A ser posible, a esas pequeñitas con un dependiente huraño que te espera sentado en un cómodo sillón, rodeado de libros de todo tipo y clase y posiblemente con uno en la mano. Ya no porque encontrarás mejores libros, que quizá no conocías. Sino porque el librero te aconsejará y recomendará creaciones diferentes a las que salen en la televisión. Así, además de llevarte a casa el último ejemplar que buscabas, te habrás llevado una grata conversación y habrán aumentado tus ganas de leértelo todo.
Es posible que esto sea sólo fruto de mi pasión por la lectura o mi gusto por ese romanticismo anticuado que aún sobrevive al siglo XVIII, pero estoy seguro de que no soy el único que os hará esta recomendación.
Un saludo amigos.
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