Como un libro sonreído y comentado, compartido, recomendado, admirado cada página y cada letra. Una capítulo y otro, epílogo y prefacio, soñado ciento un veces por un niño.
Como un libro abandonado, olvidado y bajo polvo enterrado. Sujetado por libros igualmente abandonados olvidados y bajo polvo enterrados, hundidos y arrinconados. Desatendidos.
¡Qué feliz era siendo un libro, mientras era leído y disfrutado! Lástima que siempre acabe relegado, en una esquina, esperando un nuevo dueño y aletargado. Mismas letras, mismo ritmo, distintas sensaciones e igual destino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario