martes, 27 de octubre de 2009

Días de 40 horas

No sé si a vosotros os ha pasado, pero hay épocas en las que los días no dan de sí todo lo que tienen que dar y hay demasiado para hacer y demasiado poco tiempo.

Levantarse temprano y llegar a casa a última hora, o a media tarde y aún con cosas que hacer. Es estresante y sin embargo... creo que hasta a veces me gusta.

Demuestra que uno es una persona activa, con motivaciones, metas que perseguir, sitios a los que llegar, amistades a las que atender. ¿O acaso preferís estar en casa todo el día tirado, sin nada que hacer? Sin objetivos por los que pelear, más bien.

Hago esta reflexión como empujón a mi mismo y a todos los que estén como yo y arañen horas al tiempo, porque los esfuerzos tienen recompensas. No siempre, hay muchos trabajos en vano y grandes decepciones, pero no podemos quedarnos en casa y perder nuestro derecho a fallar y equivocarnos.

Un saludo a todos!

sábado, 10 de octubre de 2009

Idealización y perfeccionismo

Cuando hablo de idealismo no me refiero a filosofía Platónica, sino más bien a ese objeto de deseo que lo entendemos por perfecto, genial, irrepetible y por desgracia, normalmente inalcanzable.

Cuantas veces hemos estado detrás de algo que creíamos genial, y una vez conseguido resulta que no es para tanto.
De la play3 no me aburriré nunca.
Verás cuando me compre ese coche, será genial.
Me encantaría estar con Sofía, todo sería perfecto.

Con entusiasmo soltamos esas frases y luchamos por conseguir el objeto deseado. El fin que perseguimos. Una vez con él en la mano, y depués de un entusiasmo inicial comprensible, la perfección que otorgamos al objeto se acaba desvaneciendo como el propio tiempo.

El objeto que más veces se ve afectado por la idealización es sin duda el propio ser humano. Esa chica o chico que te gusta, que llevas mucho tiempo detrás suya, observandole, mirando sus acciones... es tan ideal. Después, al fin y al cabo, el mito se acaba derrumbando y lo normal es que la realación dura poco. A mi me ha pasado también con grandes eventos o acontecimientos. Ansiadas ganas de la fiesta de X día o del mundial de fútbol, muchas veces las espectativas depositadas después de una espera tan enorme son demasiadas, y el problema es que nunca o casi nunca pueden cumplirse.

Y hasta ahí quería llegar. El problema está en nosotros y nuestra obsesión por sobreestimar lo deseado. De tanta la espera o la lucha por conseguir algo, la mente ha tenido demasiado tiempo para pensar y hacer conjeturas e imaginarse la perfección. Puesto que no existe, siempre acabaremos decepcionados.

miércoles, 7 de octubre de 2009

La ciencia española no necesita tijeras.

La aldea irreductible lanza una idea que está siendo apoyada desde muchos e importantes blogs. No seré yo quien no aporte mi granito de arena.




Porque en España no existe una industria de la Ciencia. Porque se dependen de becas que pueden valer para iniciados pero no para veraderos expertos. Porque los grandes científicos e investigadores españoles tienen que irse de este país.

Por el respeto al conocimiento.

martes, 6 de octubre de 2009

Noche de Hípico

Los jóvenes somos unos alcohólicos que sólo pensamos en el botellón. Sobre todo los universitarios, los que somos el futuro del país. Lo más seguro es que cuando nos toque ser presidentes del gobierno, nuesta primera medida sea bajar los impuestos del whisky.

Así comienza mi pequeña carta/aportación al Periódico Extremadura, publicado hoy en la sección de opinión. Podéis leerlo aquí.

lunes, 5 de octubre de 2009

Las mujeres y los yogures de fresa

En mi casa somos gente de yogur. Hasta que no apareció Mercadona de por medio, además eramos gente de yogur Danone.
Los yogurt Danone tienen una peculiaridad y es que sus pack de 8, siempre incluían 4 de fresa. Da igual el pack.
2 de coco, 2 de Melocotón y 4 de fresa.
2 de plátano, 2 de macedonia y 4 de fresa.


Al ser 5 en casa, pues siempre había peleas por esos yogures de coco, plátano o macedonia. Después de la primera semana acababa el frigorífico con 8 ó 10 yogures de fresa. ¿qué pasa? que te los tienes que comer todos de golpe, y acabas hasta los cojones de la fresa (otro tema es porqué narices eran 4 de fresa, no sé si eran más barato, o los que menos se vendían sueltos... a saber).

Vamos que de tanto comer yogur de fresa uno se acaba cansando.


Pues para las mujeres, los hombres somos como pack de yogures. Si la mujer nunca se come un yogur, pues le das uno de fresa y se da por contenta. Pero si la mujer está arta de comer yogures, ya no le gustan los de fresa y pide los de coco.

Analizo bien mi último párrafo. Una chica corrientita, poco acostumbrada a abordajes masculinos esporádicos, con poco bien que lo hagas y poco atractivo que desprendas, es posible que se conforme. Por contra, si estamos delante de un bombón despanpanante, lo más normal es que esté muy aburrida de babosos discotequeros. Ahí es donde toca al hombre ser más interesante, más atractivo que el resto de hombres. Entre tantos yogures tu tienes que ser el que más le guste. Si eres de fresa, caput.

Y es que algo que se repite de forma constante no llama la atención. Aburre.

Un saludo!