viernes, 31 de octubre de 2008

Corazón de Otoño

¡Qué suplicio!, tener que tragarme todos los días el corazón de los cojones a la hora de comer... es lo que tiene estar en casa de las abuelas. En fin... Al menos me enteré de que el novio de Falete (si, uno mu gordo que no se sabe si es hombre o mujer) ha fingido un secuestro. La verdad, no sé que es peor, si que lo sala toda esa morralla en la tele, o que la gente lo vea. Bueno, sí lo sé, que la gente lo vea. Desde mi punto de vista, y siendo claros, la gente que ve eso es porque su vida no es lo suficientemente interesante y se tiene que dedicar a chismorrear de vidas ajenas.
Luego están los zánganos esos que salen, que en su mayoría no tienen otro oficio que liarse con unos y con otros, casarse y descasarse para así no tener que trabajar. No viven mal, pero vender mi intimidad por unos pocos euros... Al menos por un chalet en la moraleja.
Entre alcaldes corruptos, toreros, actores de pacotilla y cuentistas aparece un papel no menos importante en el mundo del corazón: los periodistas paparachis. Maria Patiño dando voces y no se quién poco más o menos, menos mal que se llaman "tertulias" de corazón, que si se llegan a llamar discursiones salen a tiros.

Resumiendo, la tele es un asco. Eso sí, como diría Groucho, ha realizado un gran lavor por mi educación, cada vez que alguien la enciende, me voy a leer al cuarto.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Feminazismo

El hombre y la mujer son iguales, o al menos eso dicen los papeles escritos en el último medio siglo. Sin embargo, dada la historia y tradición el hombre es más fuerte, más valido para todo... ¡La mujer a la cocina!
Llegó un momento en el que el tema cambió, con un poco de cultura en manos femeninas se dieron cuenta de que no todo se limitaba a los niños y los fogones y que valían para mucho más; y la verdad... con toda la razón.
El problema llega cuando la sociedad pierde el cauce y se pone todo patas arriba y acabamos liando la de Dios. Llega cuando de la igualdad pasan a la discriminación positiva. Y a mi ver eso contradice lo que las propias sociedades de mujeres gritan a voces: la igualdad. Yo creo, y ahí discrepo con una gran mayoría, que realmente los hombres y las mujeres no somos iguales. Ambos tienen ventajas y desventajas, puntos fuertes y puntos débiles. Lo que no podemos es jugar con ambas teorías cogiendo lo bueno de cada una.

Ahora me dirijo a todas aquellas feminazis (llámese feminazi a toda feminista extrema) que van de asociación en asociación berreando a los cuatro vientos que somos iguales... cuando piden ventajas para las mujeres. ¿Ventajas por qué?, si somos iguales. ¿Por qué hay que exigir un porcentaje de ministras? ¿por qué hay que exigir menos en las pruebas físicas de la policía? ¿Por qué los casos de violencia de género contra el hombre no se toman en serio? Me parece estupendo que se busque una homogeneidad y un rechazo total al machismo arcaico que dominaba a nuestros abuelos. Sin embargo es absurdo la cruzada que se tiene contra los hombres desde esas sociedades.

Por ejemplo, vamos a montar una empresita, sólo mujeres. Ala que bien, que buena iniciativa, salimos en antena 3 (no tienen nada que poner mejor...) y quedamos como las guays. Innovadoras, emprendedoras, subencionadas hasta los ojos, bien visto por la sociedad... supermegaguay del paraguay.
Cambiemos la hipótesis. Voy a montar una empresa sólo de hombres. ¿por qué? porque no me da la gana contratar mujeres. Es mi empresa y contrato lo que quiero. Y cuando vaya a contratar a un economista, pongo en la oferta "sólo hombres". Bueno... ¡se lía la de Dios! Tengo encima hasta a la ministra de igualdad con los tanques y tancas (de Carme Chacón).

Hay muchos más ejemplos, tenemos los anuncios retirados porque salen mujeres fregando suelos... Claro, que para anunciar lavadoras siempre es mejor "cambiar al marido" que no sabe programarlas. Son anuncios mucho más dignos y nada discriminantes.

A lo que íbamos, las feminazis podían quedarse en casa o hacer algo de provecho en vez de denunciar anuncios y dar por culo . Y que las que de verdad busquen igualdad, que luchen todo lo que haga falta. Que trabajen lo mismo, que cobren lo mismo, que tengan las mismas oportunidades y que no tengan problemas cuando se queden embarazadas. Y de verdad esas tienen mi apoyo 100%. Las otras... unas extremistas más, al igual que los hay en política o fútbol. Y a los extremistas ... ¡ni agua!

martes, 14 de octubre de 2008

La muerte es algo más simple...

Hay momentos que quizá un abrazo es la mejor palabra de ánimo pero incluso la mejor palabra no es suficiente.
Cuando alguien se va definitivamente, por el cuerpo pasa una ola de sensaciones indescriptibles. De la incredulidad y el nerviosismo llega, de forma progresiva, el dolor y la rabia, la sensación de impotencia, me atrevo a decir que nace un odio hacia la vida bastante salvaje. Contienes una lágrima pero salen mil más. Todos esos sentimientos alternan una y otra vez a lo largo del tiempo, hasta que asumes el dolor, tragas saliva y dices: seré fuerte.
Es muy difícil escribir sobre la muerte. Sí. La muerte. Con todas las letras. Es una palabra bastante evitada. Parece que si la pronuncias todo es mucho más grave y triste, y siempre tiramos de eufemismos y sinónimos que parecen más suaves, menos dolorosos. Sin embargo, algo tan real e inevitable tenemos que tratarlo sin rodeos. La línea recta siempre es el camino más corto para llegar de un punto a otro y los rodeos sólo son tiempo perdido. Estoy de acuerdo en que es algo tremendamente duro, que quizá aún no he tenido esa experiencia y hablo desde la ignorancia, pero siempre intento seguir una filosofía, compartirla y hacer que la entendáis. Esa filosofía parte de la base de que todo en la vida es un reto, algo que superar. Y los retos siempre se intentan lograr de la forma más eficaz. De ahí que las vueltas sean perder el tiempo.

Quiero decir con esto que a la muerte hay que mirarla a los ojos, retarla y decirle: sigo adelante.


Un saludo.

sábado, 11 de octubre de 2008

Mujer

Creé el blog para poder compartir lo que venía a mi mente en cada momento. Esas pequeñas cosas que a uno le llegan sin motivo aparente y a veces le entran ganas de gritar a los cuatro vientos para que lo escuchen los pájaros. Nunca he escrito nada del estilo, ni siquiera pretendo que os guste. Pero bueno, uno de mis propósitos en la vida es hacer de todo un poco, y probar cosas nuevas... os dejo una pequeña poesía, dedicada a lo más bonito que existe en la tierra, la mujer.

No pierdo el tiempo
dando caricias y besos,
ni me sonrojo
si me dicen tienes "eso",
soy un hombre cojo
de sentimientos.
Palabras que no salen
expresiones olvidadas
que están en el recuerdo,
abrazos y pasiones
libres sólo un momento.
No busco nada nuevo
ni amores imposibles
ni seguir un credo,
una mano amiga
sólo un ser sincero.

Te miro a los ojos
y te hago sonreir,
recito unas palabras
"qué sería yo sin ti".
Mujer que vienes a mí
me acerco con cuidado,
dándote lo que anhelas
tu partida de dados,
labios buscan labios
manos buscan manos,
hombres que buscan mujeres,
mujeres hombres olvidados.
Diferentes expresiones
quizá otro punto de vista,
seres distintos o iguales
un tren sin un maquinista.
Un camino terminado
más de cien para seguir
seré feliz si lo acabo
y te hago sonreír.

viernes, 3 de octubre de 2008

Mi dirección lleva una @

Aún recuerdo cuando, hace no tantos años, llegaba a casa de algún campamento cargado de direcciones y números de teléfono. El móvil era una utopía de millonarios e internet más de lo mismo. Quizá una tecnología en alza que todos deseábamos y nadie tenía. Resultaba bastante complicado comunicarse asiduamente con amigos que viviesen fuera. ¡Ni siquiera teníamos tarifa plana de llamadas! y siempre acababa escuchando alguna voz de mi madre gritando que cuelgue, que es muy caro.
Ahora todo es diferente. Pides la dirección a cualquier persona... ¡y tiene una @! ya tienes que especificar, casi rogar, que lo que quieres es la dirección física, para poder escribir una carta. Si, las cartas siguen existiendo, es menos rápido pero sigue guardando aquel toque romántico. Me gustaba recibir sobres de cuando en cuando, aunque me costase una barbaridad escribirlas pues odiaba y sigo odiando mi caligrafía. Contaban anécdotas y chorradas, más o menos lo normal que se cuenta hoy por messenger cualquier tarde de domingo, pero daba mucha más ilusión. Yo las leía varias veces y seguro que sin buscar mucho encuentro alguna en los cajones.
Era un ritual. Ver el sobre, las postdatas escritas por fuera y aluno que otro decorado con bastante entusiasmo -seguro que se reía de mi el cartero- buscar corriendo un cuchillo y ¡ras!, con cuidado abrir la carta. Buscar corriendo la foto de rigor que solía venir y leer el texto con rapidez, de un primer vistazo, intentando encontrar la parte interesante. Luego despacio repasarla varias veces sin perder detalle y normalmente riendo a cada renglón.
Luego, corriendo saltaba por un bolígrafo y varios folios para contestar punto por punto y contar todas las noverdades de los últimos días. Sabiendo que cuando me tocase de nuevo escribir, ya tendría mil cosas que contar... y no le pondría un simple "¿Qué me cuentas?" como si del msn se tratase.

Internet, el correo, el msn... todo es realmente genial. Pero yo sigo añorando mis cartitas, aunque sólo sea un poco. Supongo que será puro romanticismo absurdo. :P

Un saludo.