lunes, 15 de diciembre de 2008

Donde habita el olvido...

Una vez más una canción inspira mi título y mi blog. El maestro de Úbeda en mi puerta recitando como tantas noches. Casi un susurro. Y la mente vuela e imagina las más diversas situaciones mientras las letras inspiran y los párpados se cierran cayendo en un sueño con notas de música.

Como siempre admiro las letras y la voz quebrada de Sabina, su guitarra y acordes. Pero estimo aún más su capacidad para escribir sobre los temas más inusuales, cómo es capaz de hacerme pensar mientras describe la mañana siguiente y no la noche anterior. No sé que pasa por su cabeza cuando compone esto, si vivencias pasadas o simple imaginación. Supongo que más de una luna de locura y desenfreno le ha llevado a apreciar la belleza de un frío adiós.

Para mí la canción puede (o intenta) describir esa sensación... de amor de una sola noche. Para muchos no es amor... aunque yo supongo que no estoy dentro de ese grupo.

Os dejo la letra de la canción y un link para escucharla desde youtube.

Cuando se despertó,
no recordaba nada
de la noche anterior,
“demasiadas cervezas”,
dijo, al ver mi cabeza,
al lado de la suya, en la almohada…
y la besé otra vez,
pero ya no era ayer,
sino mañana.
Y un insolente sol,
como un ladrón, entró
por la ventana.
El día que llegó
tenía ojeras malvas
y barro en el tacón,
desnudos, pero extraños,
nos vio, roto el engaño
de la noche, la cruda luz del alba.
Era la hora de huir
y se fue, sin decir:
“llámame un día”.
Desde el balcón, la vi
perderse, en el trajín
de la Gran Vía.
Y la vida siguió,
como siguen las cosas que no
tienen mucho sentido,
una vez me contó,
un amigo común, que la vio
donde habita el olvido.
La pupila archivó
un semáforo rojo,
una mochila, un peugeot
y aquellos ojos
miopes
y la sangre al galope
por mis venas
y una nube de arena
dentro del corazón
y esta racha de amor
sin apetito.
Los besos que perdí,
por no saber decir:
“te necesito”.
Y la vida siguió,
como siguen las cosas que no
tienen mucho sentido,
una vez me contó,
un amigo común, que la vio
donde habita el olvido.

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