sábado, 10 de octubre de 2009

Idealización y perfeccionismo

Cuando hablo de idealismo no me refiero a filosofía Platónica, sino más bien a ese objeto de deseo que lo entendemos por perfecto, genial, irrepetible y por desgracia, normalmente inalcanzable.

Cuantas veces hemos estado detrás de algo que creíamos genial, y una vez conseguido resulta que no es para tanto.
De la play3 no me aburriré nunca.
Verás cuando me compre ese coche, será genial.
Me encantaría estar con Sofía, todo sería perfecto.

Con entusiasmo soltamos esas frases y luchamos por conseguir el objeto deseado. El fin que perseguimos. Una vez con él en la mano, y depués de un entusiasmo inicial comprensible, la perfección que otorgamos al objeto se acaba desvaneciendo como el propio tiempo.

El objeto que más veces se ve afectado por la idealización es sin duda el propio ser humano. Esa chica o chico que te gusta, que llevas mucho tiempo detrás suya, observandole, mirando sus acciones... es tan ideal. Después, al fin y al cabo, el mito se acaba derrumbando y lo normal es que la realación dura poco. A mi me ha pasado también con grandes eventos o acontecimientos. Ansiadas ganas de la fiesta de X día o del mundial de fútbol, muchas veces las espectativas depositadas después de una espera tan enorme son demasiadas, y el problema es que nunca o casi nunca pueden cumplirse.

Y hasta ahí quería llegar. El problema está en nosotros y nuestra obsesión por sobreestimar lo deseado. De tanta la espera o la lucha por conseguir algo, la mente ha tenido demasiado tiempo para pensar y hacer conjeturas e imaginarse la perfección. Puesto que no existe, siempre acabaremos decepcionados.

2 comentarios:

  1. pero eso tambien es bonito, perseguir metas que crees ideales aunque luego resulten que no lo son tantos. mientras llegas a ellas tienes esa sensacion de alegria, de ilusion, de motivacion que nos hacen sentir bien. si luego resultan no ser lo que esperabamos pues, a fijarnos otra meta y a luchar por conseguirla.

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  2. Si, muchisimo. Pero no he hablado de la belleza. Sino de la decepción que tienes al conseguirlo!

    Siempre he dicho que muchas veces se disfruta más la fiesta, por los preparativos y la espera que por la propia fiesta en sí, que a veces no sale tan bien como se esperaba.

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