domingo, 30 de mayo de 2010

Salir de la crisis (o de como la peste derrumbó el feudalismo)

¡Qué buena es la historia! ¡Y qué útil para explicar el presente!

Entre sesión y sesión de estudio, rodeado de máquinas de turing y autómatas, suelo leer menéame y por ahí suelto, en un comentario, leí algo que me impresionó bastante, y que ahora comparto con vosotros.

La Peste negra del 1348 exterminó a una tercera parte de la población europea. Fue una catástrofe horrorosa. Pero, como decía Mao, de las más negras nubes cae una lluvia límpida y cristalina.
La enorme disminución en la cantidad de brazos laboriosos campesinos disponibles colocó a los señores feudales en una engorrosa situación: por primera vez el poder de negociar los términos en que se cultivaban las tenencias cedidas a los campesinos tendío a favorecer a los productores directos. Por primera vez lo que abundaban eran tierras incultas y lo que faltaban eran labriegos dispuestos a encorvar la cervis en los surcos.
Fue el comienzo del fin del feudalismo como sistema de producción dominante. A partir de allí se desatan una concatenación de eventos que van limitando inexorablemente el poder de la clase noble ociosa frente a los sectores populares laboriosos.

Y es que si ahora un tercio de la clase media se fuese al garete, fruto de algúna pandemia (como la gripe A) los supervivientes la verdad es que lo pasaríamos teta. No defiendo una masacre ni siquiera deseo que se muera un tercio de la población (aunque muchos lo merezcan...) pero si en cada oferta de trabajo de 13horas al día por 500€ mensuales, no hubiese hostias por aceptar, otro gallo cantaría. Y no es que critique a los que se dejan explotar, y es que cuando se aceptan dichas condiciones nunca es por gusto, pero sí que vendría bien un poquito de dignidad para evitar que los ricos sean aun más ricos a nuestra cosa. ¡Un poco de amor propio!

Si todos tuviesemos esa capacidad de decir NO a los explotadores, nadie sería explotado. El problema es que con que una persona acate su ley, todo el tinglado se va a la mierda. Y cuantos más esclavos hay, más difícil es salir de la esclavitud. Y así nos va todo sumidos en un bucle de desesperación por cuatro perras...

¡Saludos amigos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario