lunes, 12 de enero de 2009

Granjeros buscan novia (o algo así)

Viendo yo la guía de la tele para ver que ponían por la noche y qué iba a distraerme mientras enredaba con el ordenador, vi un nuevo e ilusionante programa de la cuatro.
Lo primero que pensé de un programa que tiene como título Granjeros buscan esposa es que iba a ser una gran mierda. Que a ver que pintan seis hombres de pueblo que se dedican a cuidar cabras - con todos mis respetos para los señores - con un harém de mujeres de ciudad que están dispuestas a dejarlo todo por irse con ellos y las cabras. Sonaba apasionante. Sin embargo y en vistas a esta pequeña crítica me puse a verlo, pues no se puede opinar de algo que no conoces. Bueno si se puede, pero para eso tienes que estudiar una carrera (periodismo).
Empezó prometedor, los hombres eran personajes normales, medio majos y la cosa se fue volviendo borrosa conforme pasaron los minutos. El programa consiste en darle a cada granjero una especie de currículum vitae pero con una foto más grande y una carta escrita de sus diversas pretendientas. Según su experiencia profesional y sus estudios, estos eligen a las diez más apropiadas, que conocerán en la entrevista personal de cinco minutos.
Esas diez para cada uno (sesenta en total, para los de letras) tienen cinco minutos de reloj para convencer a su futuro novio de que son ideales para él. Ahí el susodicho campechano pues comprobará que la foto de su curriculum corresponde con la monada -o bicho- que tiene en frente y poco más.

Perfil de candidatas: Se requiere mujer divertida, que le guste hacer el tonto en la televisión, que haya tenido una larga experiencia amorosa y esté arta de bagar por camas y le apetezca establecerse en un negocio consolidado con tendencias decayentes como es la vida en el campo. También se acepta a la típica mujer española pasada de kilos, supersimpática que va pidiendo un hombre a gritos. De echo creo que una llevaba un cartel en la espalda, pero no estoy seguro.

Bien después de la entrevista personal, las cinco elegidas pasarán una segunda criba con el gerente de dicha empresa familiar campestre. Las dos seleccionadas llegarán a una prueba de convivencia durante dos semanas, con contrato mercantil y sueldo de becario.
La seleccionada y ganadora dispondrá de dos semanas de vacaciones en navidad y tres en verano para volver a la ciudad con su familia, comprarse ropa en Zara y visitar un Eroski.

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